#ElPerúQueQueremos

FOTO: JAIME MENDOZA.

#UNASOLAFUERZA

Publicado: 2017-03-23
El Perú en emergencia sin Estado de emergencia. Un río que es hablador mientras el alcalde se queda mudo. En su ineptitud advierte que la naturaleza le ha ganado a la ingeniería. Pone así, en evidencia, su desidia. Afluentes que amenazan cruzar la orilla y hacer de la carretera un nuevo cauce. Los muros colapsan y se vienen abajo los puentes. El país en crisis porque los ríos salieron a reclamar su natural espacio. El agua que emana de la tierra y que transita y corre sobre ella, pura en su plenitud, se ve profanada por los restos de algún muladar. Convertida en una masa improbable de despojos avanza, en andariegos contorneos, por calles, plazas, bulevares y estadios. La lluvia que diluye cual diluvio alimenta y alienta cada rincón de las cuencas. El Rímac, el Huaycoloro, el Chilca, el Chillón, el Moche, el Piura, el La Leche, el Motupe, el Chicama, el Tumbes. Todos, inclementes, se lo llevan todo. Son masas de lodo que ahogan nuestras lágrimas, corrientes de destrucción que arrastran los escombros de lo que fue la vida. Quebradas activadas y la población en alerta. El agua dulce vuelta barro y los peces transformados en piedras. La tragedia que es la suma de la insensata imprudencia y de la ominosa negligencia. Corrupción. Los valles del norte bajo el manto de un niño que se volvió fenómeno temporal, “los fatídicos recuerdos del 98 no nos dejan dormir en paz”. Las casas flotan en cadenas de sufrimiento, el cielo que no para de llorar y las nubes desafiantes lo cubren todo con su oscura sombra. Las pitucas ciudades, sedientas en su esplendor, se lanzan a la bodega en busca de botellas del líquido elemento, mientras en los pueblos jóvenes solo se bebe esperanza. No hay luz. Relámpagos alumbran la intemperie y a tientas la fe brilla en los ojos de los que lo han perdido todo. Un niño aparece en señal abierta reclamando la presencia de Dios, mientras un can, ante el latente peligro, se lanza vencido a las bravas aguas que lo esperan. Evangelina Chamorro emerge de los escombros al saberse viva y se envuelve en ánimos en su inusitada resurrección. Los huaicos nos inundan el alma, mientras las autoridades y sus deplorables gestiones son una franca certeza. Un par de idiotas promoviendo el saqueo en los mercados que lucran con el pueblo desamparado. 75 fallecidos, 99 mil damnificados, 626 mil perjudicados y 134 mil viviendas afectadas. El Perú se hace cargo y se da la mano. Es conmovedor ver cómo se junta para ayudar. Cómo se convierten en una sola fuerza. Que este tiempo pase, que lo derrumbado se levante, que las heridas sanen y que la prevención nos ayude más adelante. En estos momentos ser fuertes no es una opción, es una obligación.

Escrito por

Jorge Pérez Baca

Alguien me dijo "escribe, escribe, que algo queda". Redes de pesca: @jorgeperezbaca.


Publicado en

LA VOZ Y EL MARTIRIO

Esa no era una pipa y esta no es una columna.